sábado, 15 de septiembre de 2012

DOMINIO Y LIBERTAD

Ser dominado significa que el macho, nos ha hecho perder la virilidad. O sea, perder esa fuerza que impulsa a querer invadir al otro y a desear gozar del sexo dentro de la otra persona. Esa fuerza, por ser hombres al igual que el macho, la poseemos. Pero en nosotros, la presencia del macho la inhibe, y por lo tanto nos hace impotentes; y a su vez la transforma en un fuerte deseo de recibir. Con su poder, el macho invierte nuestra fuerza viril transformándola en capacidad receptora. Por eso, el macho es agresivo (no quiere decir violento), y vive el sexo hacia afuera. Sin embargo el pasivo total, vive el sexo con toda su potencia, en su interior. Nuestra fuerza viril, el macho la ha transformado en capacidad para recibir, para gozar interiormente, y nos predispone a dejarnos gozar por él.


Esa relación dominante-dominado, cada pareja puede vivirla de las formas más variadas. Lo que no hay que confundir es la realidad de la dominación, que es la transformación que el macho produce en nosotros, con las formas de expresión de la misma. Podemos estar en una reunión, en la que observamos a un macho que nos gusta, y sin siquiera haber cruzado palabra con él, puede dominarnos. O sea, ya nos transformó internamente. Una vez que esto ha pasado, normalmente los pasivos totales, nos disponemos a seducir. Y esto no quiere decir quedar en evidencia, o insinuarse. A veces, estamos en una charla con un macho, y recurrimos a presentarnos tan machos como él, para llamar su atención. Una vez captada su atención, entonces es cuestión de encontrar el momento justo para lograr hacerle saber lo que somos.

Lo que deseo hacer notar en éste post, es que muchas veces se confunde ésta realidad del dominio, con la formas de expresión del mismo. Las formas de expresión de la dominación son inagotables. Estas van desde que la pareja no la expresa explícitamente a tener una relación de amo y esclavo. Pero para que exista la expresión del dominio, antes debe existir un dominante, y un dominado. Lo importante es que sea cual fuere la forma de expresión de la relación de dominio, ambos mantengan su libertad. Aún el esclavo debe mantener su libertad a tal punto, que pertenecer a un amo sea una entrega de su voluntad, asumida libremente.

Dominio, no significa pérdida de libertad, porque los pasivos totales elegimos el macho que queremos que nos domine. Además, necesitamos ser dominados para lograr nuestra plenitud, pero no con cualquiera. También las formas de expresión de ese dominio, si las hay, se deben asumir libremente, y también dejar de asumirlas cuando consideremos que ya no son las adecuadas. Por eso, la entrega debe ser un acto de total libertad, si se desea llegar a la plenitud.
                                                          Publicado por  Marcelo....Gracias

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